Poemas de amor para enamorar
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Estos poemas de amor para enamorar son bellezas literarias capaces de darles alas a tus propios sentimientos, para que puedas expresarlos con la máxima contundencia.
Creados por la pluma de hábiles poetas, estos versos no sólo capturan la esencia del amor, sino que también te brindan el poder de transmitir tus emociones de una manera exquisita y conmovedora. Cada línea trasciende las palabras, llevándote en un viaje a través de la profunda y a menudo compleja gama de emociones que florecen en el corazón enamorado.
Estos poemas de amor para enamorar evidencian el modo en el que los poetas han establecido una conexión intrínseca con las múltiples facetas del amor, convirtiendo la amalgama de emociones que surgen del vínculo entre dos almas en versos imperecederos.
«Estas composiciones literarias son la sinfonía de los latidos del corazón, la danza de las palabras que expresan el anhelo, la pasión y la ternura que fluyen entre personas que se encuentran en el amor como punto de destino.«
– Francina Martínez
Y si además de encontrar inspiración en las palabras de otros,buscas personalizar estas expresiones poéticas, aquí tienes la oportunidad de transformar tus propias emociones en una celebración poética del amor. Cada palabra cuidadosamente elegida se convierte en un reflejo de tu alma, convirtiendo la poesía en un puente que une corazones y une almas.
A través de mi servicio de poemas a medida, podemos crear un poema de amor para enamorar personalizado, que se transforme en el modo preciso de llegar al corazón de esa persona que está generando un impacto profundo en tu alma ¡Escríbeme! Recibe asesoría y empecemos la construcción de un poema para enamorar que sea la forma más dulce de expresar tus sentimientos.
Poemas de amor para enamorar cortos
Estos breves poemas para enamorar son la viva prueba de que la contundencia es la más fiel aliada de la poesía. En tan pocas palabras, estos talentosos poetas han logrado capturar y transmitir magistralmente la inefable magia del amor, destilando su esencia en versos que resuenan profundamente en el corazón.
Si estás buscando poemas de amor para enamorar cortos, aquí te comparto una recopilación que he hecho, de autores de diferentes épocas, plumas que se atrevieron a plasmar la esencia de sus sentimientos más puros, en versos que te harán sonreír cómplice, frente a la maravilla de todo aquello que se puede sentir.
Después de las fiestas
Y cuando todo el mundo se iba
y nos quedábamos los dos entre vasos vacíos y ceniceros sucios,
qué hermoso era saber que estabas ahí como un remanso,
sola conmigo al borde de la noche,
y que durabas, eras más que el tiempo,
eras la que no se iba
porque una misma almohada y una misma tibieza
iba a llamarnos otra vez a despertar al nuevo día,
juntos, riendo, despeinados.
(Julio Cortázar)
Misterios
Alguien abre una puerta
y recibe el amor
en carne viva.
Alguien dormido a ciegas,
a sordas, a sabiendas,
encuentra entre su sueño,
centelleante,
un signo rastreado en vano
en la vigilia.
Entre desconocidas calles iba,
bajo cielos de luz inesperada.
Miró, vio el mar
y tuvo a quién mostrarlo.
Esperábamos algo:
y bajó la alegría,
como una escala prevenida.
(Ida Vitale)
Ausencia de amor
Cómo será pregunto.
Cómo será tocarte a mi costado.
Ando de loco por el aire
que ando que no ando.
Cómo será acostarme
en tu país de pechos tan lejano.
Ando de pobre cristo a tu recuerdo
clavado, reclavado.
Será ya como sea.
Tal vez me estalle el cuerpo todo lo que he esperado.
Me comerás entonces dulcemente
pedazo por pedazo.
Seré lo que debiera.
Tu pie. Tu mano.
(Juán Gelman)
Tú tienes lo que busco
Tú tienes lo que busco, lo que deseo, lo que amo,
tú lo tienes.
El puño de mi corazón está golpeando, llamando.
Te agradezco a los cuentos,
doy gracias a tu madre y a tu padre,
y a la muerte que no te ha visto.
Te agradezco al aire.
Eres esbelta como el trigo,
frágil como la línea de tu cuerpo.
Nunca he amado a una mujer delgada
pero tú has enamorado mis manos,
ataste mi deseo,
cogiste mis ojos como dos peces.
Por eso estoy a tu puerta, esperando.
(Juán Gelman)
No buscaba nada
No buscaba nada
porque sé que es imposible
encontrar algo así,
buscándolo.
Es difícil
cerrar los ojos,
formular un deseo,
contar uno, dos, tres,
abrirlos de nuevo
y constatar que está hecho,
que oigo tu voz,
que te veo.
(Ángela Botero López)
Un sueño
A Ch….
¿Quieres oír un sueño?…
Pues anoche
vi la brisa fugaz de la espesura
que al rozar con el broche
de un lirio que se alzaba en la pradera
grabó sobre él un “beso”,
perdiéndose después rauda y ligera
de la enramada entre el follaje espeso.
Este es mi sueño todo,
y si entenderlo quieres, niña bella,
une tus labios en los labios míos,
y sabrás quién es “él”, y quién es “ella”.
(Manuel Acuña)
Un amor más allá del amor
Un amor más allá del amor,
por encima del rito del vínculo,
más allá del juego siniestro
de la soledad y de la compañía.
Un amor que no necesite regreso,
pero tampoco partida.
Un amor no sometido
a los fogonazos de ir y de volver,
de estar despiertos o dormidos,
de llamar o callar.
Un amor para estar juntos
o para no estarlo
pero también para todas las posiciones
intermedias.
Un amor como abrir los ojos.
Y quizá también como cerrarlos.
(Roberto Juarroz)
Ese otro que también me habita
Ese otro que también me habita,
acaso propietario, invasor quizás o exiliado en este cuerpo ajeno o de ambos,
ese otro a quien temo e ignoro, felino o ángel,
ese otro que está solo siempre que estoy solo, ave o demonio
esa sombra de piedra que ha crecido en mi adentro y en mi afuera,
eco o palabra, esa voz que responde cuando me preguntan algo,
el dueño de mi embrollo, el pesimista y el melancólico y el
inmotivadamente alegre,
ese otro, también te ama.
(Dario Jaramillo Agudelo)
Espero que hayas disfrutado de esta cautivadora selección de poemas de amor cortos. Sabemos que estos versos han despertado en ti un anhelo por más, y es por eso que te instamos a prepararte para lo que está por venir. Nuestro mundo de emociones tejidas en palabras está listo para seguir llevándote en un viaje poético que tocará las fibras más íntimas de tu ser.
No hay mejor forma de transmitir el amor que a través de la poesía, y esto lo atestiguan millones de poemas y canciones que se han escrito en todos los tiempos.
Podría
Podría perfectamente suprimirte de mi vida,
no contestar tus llamadas, no abrirte la puerta de la casa,
no pensarte, no desearte,
no buscarte en ningún lugar común y no volver a verte,
circular por calles por donde sé que no pasas,
eliminar de mi memoria cada instante que hemos compartido,
cada recuerdo de tu recuerdo,
olvidar tu cara hasta ser capaz de no reconocerte,
responder con evasivas cuando me pregunten por ti
y hacer como si no hubieras existido nunca.
Pero te amo.
(Diego Jaramillo Agudelo)
Amor
Amar es este tímido silencio
cerca de ti, sin que lo sepas,
y recordar tu voz cuando te marchas
y sentir el calor de tu saludo.
Amar es aguardarte
como si fueras parte del ocaso,
ni antes ni después, para que estemos solos
entre los juegos y los cuentos
sobre la tierra seca.
Amar es percibir, cuando te ausentas,
tu perfume en el aire que respiro,
y contemplar la estrella en que te alejas
cuando cierro la puerta de la noche.
(Salvador Novo)
Poemas de amor para enamorar largos
No solo en la brevedad reside el placer; la prueba de ello se manifiesta en estos poemas para enamorar largos, donde se permite una exploración más profunda de las emociones más puras. En esta recopilación, poetas de diferentes siglos se unen para brindarte un viaje en el que las palabras se convierten en puentes hacia el corazón.
A través de metáforas intrincadas y juegos retóricos inigualables, estas composiciones literarias revelan la capacidad de la poesía para pintar con esmero los matices del amor y te invitan a compartir ese sentimiento de manera más enriquecedora y envolvente.
Espero que disfrutes de esta selección de poemas de amor para enamorar largos, en donde busqué reunir poetas conocidos y desconocidos, que tienen algo común, el amor por la palabra y su capacidad para escribirle al amor.
Toco tu boca
Toco tu boca, con un dedo toco el borde de tu boca, voy dibujándola como si saliera de mi mano, como si por primera vez tu boca se entreabriera, y me basta cerrar los ojos para deshacerlo todo y recomenzar, hago nacer cada vez la boca que deseo, la boca que mi mano elige y te dibuja en la cara, una boca elegida entre todas, con soberana libertad elegida por mí para dibujarla con mi mano en tu cara, y que por un azar que no busco comprender coincide exactamente con tu boca que sonríe por debajo de la que mi mano te dibuja.
Me miras, de cerca me miras, cada vez más de cerca y entonces jugamos al cíclope, nos miramos cada vez más de cerca y nuestros ojos se agrandan, se acercan entre sí, se superponen y los cíclopes se miran, respirando confundidos, las bocas se encuentran y luchan tibiamente, mordiéndose con los labios, apoyando apenas la lengua en los dientes, jugando en sus recintos donde un aire pesado va y viene con un perfume viejo y un silencio.
Entonces mis manos buscan hundirse en tu pelo, acariciar lentamente la profundidad de tu pelo mientras nos besamos como si tuviéramos la boca llena de flores o de peces, de movimientos vivos, de fragancia oscura. Y si nos mordemos el dolor es dulce, y si nos ahogamos en un breve y terrible absorber simultáneo del aliento, esa instantánea muerte es bella. Y hay una sola saliva y un solo sabor a fruta madura, y yo te siento temblar contra mí como una luna en el agua.
(Julio Cortázar)
El amenazado
Es el amor. Tendré que ocultarme o que huir.
Crecen los muros de su cárcel, como en un sueño atroz.
La hermosa máscara ha cambiado, pero como siempre es la única.
¿De qué me servirán mis talismanes: el ejercicio de las letras,
la vaga erudición, el aprendizaje de las palabras que usó el áspero Norte para cantar sus mares y sus espadas,
la serena amistad, las galerías de la biblioteca, las cosas comunes,
los hábitos, el joven amor de mi madre, la sombra militar de mis muertos, la noche intemporal, el sabor del sueño?
Estar contigo o no estar contigo es la medida de mi tiempo.
Ya el cántaro se quiebra sobre la fuente, ya el hombre se
levanta a la voz del ave, ya se han oscurecido los que miran por las ventanas, pero la sombra no ha traído la paz.
Es, ya lo sé, el amor: la ansiedad y el alivio de oír tu voz, la espera y la memoria, el horror de vivir en lo sucesivo.
Es el amor con sus mitologías, con sus pequeñas magias inútiles.
Hay una esquina por la que no me atrevo a pasar.
Ya los ejércitos me cercan, las hordas.
(Esta habitación es irreal; ella no la ha visto.)
El nombre de una mujer me delata.
Me duele una mujer en todo el cuerpo.
(Jorge Luís Borges)
Guárdame el tiempo
Vuelves a renovarme el don perpetuo.
Otra vez eres ése
que me enseñó las señales del alba,
el que salvó una hormiga en el borde del vaso.
Vuelves para pedirme que reúna
la corte de los gatos,
que te ampare de aquel golpe en la nuca,
que te dé mi tristeza como un sorbo,
que te recorte alguna uña,
que me moje de ti,
que te alcance el café,
que no oscurezca,
que me case contigo esta noche otra vez.
Se nos quedaron muchas cosas sin hablar,
Necesitamos una cita,
porque
¿a quién le doy tantas caricias
que sobraron,
aquellas que olvidé ponerte sobre el pecho?
¿A quién le cuento
que he planchado, creyendo que era tela,
tu perfil de muchacho?
¿A quién convido ahora con mis piernas
y le enseño el jazmín que nació anoche,
y le pongo una abeja a que lo pique,
y le saludo la inocencia?
¿A quién le miento y juro,
a quién le tiro un pan contra la oreja,
a quién le digo que lo odio,
y luego, que lo amo?
¿A quién le digo hijo,
y me lo paso por dentro como un trapo?
Sé bien que estás metido en nuestros átomos,
que te mueves en ese aire que espantó estas páginas
que observas desde los retratos,
que te has caído hoy contra mi pecho
y para que seamos uno solo
hasta este propio corazón
me lo has parado;
sé que estoy muerta
soñando que te busco por el cuarto.
Guárdame el tiempo.
Guárdamelo.
Estoy segura de que puedes.
Así no ha de caer la luna
ni tendrás que morirte en la mañana
y el jueves será eterno
y te besaré siempre como el veinticuatro
de septiembre
de mil novecientos ochenta y uno.
Guárdame el tiempo,
guárdamelo.
¡Qué no pase ni un minuto,
que nada ciego nazca,
que no se invente un aparato de tortura
ni estalle otra contienda contra el hombre;
que no cacen más pájaros,
que no se malogre la pureza,
que vuelvas
a ser
y aquel esplendor tuyo se mezcle, poderoso,
a mis harapos!
Guárdame el tiempo,
guárdamelo.
Te lo pido con rabia,
con ternura,
con todo lo que no es palabra.
Para que siempre seamos lo estupendo:
hombre y mujer
girando,
nueva especie del mundo;
ya casi un milagro.
Pues me han salido en la cara tus ojos
y a ti en el rostro mi boca,
y no sé cuando te miro si eres tú quien me mira
ni cuando tú me besas
si soy yo quien te ha besado.
(Carilda Oliver Labra)
Dos palabras
Esta noche al oído me has dicho dos palabras
Comunes. Dos palabras cansadas
De ser dichas. Palabras
Que de viejas son nuevas.
Dos palabras tan dulces que la luna que andaba
Filtrando entre las ramas
Se detuvo en mi boca. Tan dulces dos palabras
Que una hormiga pasea por mi cuello y no intento
Moverme para echarla.
Tan dulces dos palabras
—Que digo sin quererlo— ¡oh, qué bella, la vida!—
Tan dulces y tan mansas
Que aceites olorosos sobre el cuerpo derraman.
Tan dulces y tan bellas
Que nerviosos, mis dedos,
Se mueven hacia el cielo imitando tijeras.
Oh, mis dedos quisieran
Cortar estrellas.
(Alfonsina Storni)
Una parte de mí
Hay una parte de mí que no me obedece.
Que me hace cruzar los semáforos en rojo.
Me hace estacionar donde no debo.
Me traiciona en cuanto le doy la espalda.
Y me pone una trampa, apenas me descuido.
Actúa por sí sola y se complace a sí misma.
Se ríe de la ley, no respeta las normas
y boicotea mi vida diariamente.
No puedo controlarla, no sé qué hacer con ella.
Aunque habite en mí, nunca la he visto.
Es una extraña inquilina,
que no puedo desalojar.
Se asoma cuando me equivoco.
Se manifiesta en cada olvido.
Aparece cuando no pienso.
Cuando duermo, cuando sueño.
Es esa parte de mí
que me hace tropezar
dos veces con la misma piedra.
Que me hace jugar con el fuego.
Caminar al borde del precipicio
Que te desea a pesar mío,
y no me deja decirte adiós
porque no puede vivir sin ti.
Es esa parte de mí, que pasa por tu casa
porque en el fondo… sabe…
que hay una parte de ti,
que siempre…
le abrirá la puerta.
(Gian Franco Pagliaro)
A
Vienes a recoger la parte de mi boca que te toca
y yo digo bandada de pájaros
café derramado
mariposa que lleva un jardín entre las alas.
Símbolos que son portales,
vibraciones que son lenguajes compartidos,
el temblor de tu sonrisa en mi voz
la confesión de mi voz en tu sonrisa.
Y digo «¡Hola!»
«Hace frío»
«Quiero contarte un sueño»
«Todo anda de maravilla»
uso mis palabras más formales
y sin embargo tú escuchas
lo que se esconde detrás del silencio.
Luego escribo profusamente
como si estuviera dibujando tus ojos,
sigo sonriendo porque tú,
y te dejo algún poema descuidado.
Abro la puerta y alguien me dice
“Parece que va a llover ¿verdad?”
pero nada importa
porque todo amaneció florecido
y porque sé que vienes
a recoger la parte de mi boca que te toca.
(Karla Jazmín Arango)
El Ave Fénix
Soy el último en tu camino
la última primavera y última nieve
la última lucha para no morir.
Y henos aquí más abajo y más arriba que nunca.
De todo hay en nuestra hoguera
piñas de pino y sarmientos
y flores más fuertes que el agua…
Hay barro y rocío…
La llama bajo nuestro pie la llama nos corona.
A nuestros pies insectos pájaros hombres
van a escaparse
Los que vuelan van a posarse.
El cielo está claro, la tierra en sombra
pero el humo sube al cielo
el cielo ha perdido su fuego.
La llama quedó en la tierra.
La llama es el nimbo del corazón
y todas las ramas de la sangre
Canta nuestro mismo aire.
Disipa la niebla de nuestro invierno
hórrida y nocturna se encendió la pena,
floreció la ceniza en gozo y hermosura
volvemos la espalda al ocaso.
Todo es color de aurora.
(Paul Éluard)
El enamorado
Lunas, marfiles, instrumentos, rosas,
lámparas y la línea de Durero,
las nueve cifras y el cambiante cero,
debo fingir que existen esas cosas.
Debo fingir que en el pasado fueron
Persépolis y Roma y que una arena
sutil midió la suerte de la almena
que los siglos de hierro deshicieron.
Debo fingir las armas y la pira
de la epopeya y los pesados mares
que roen de la tierra los pilares.
Debo fingir que hay otros. Es mentira.
Sólo tú eres. Tú, mi desventura
y mi ventura, inagotable y pura.
(Jorge Luís Borges)
Tus ojos
Tus ojos son la patria del relámpago y de la lágrima,
silencio que habla,
tempestades sin viento, mar sin olas,
pájaros presos, doradas fieras adormecidas,
topacios impíos como la verdad,
o toño en un claro del bosque en donde la luz
canta en el hombro de un árbol y son pájaros todas las hojas,
playa que la mañana encuentra constelada de ojos,
cesta de frutos de fuego,
mentira que alimenta,
espejos de este mundo, puertas del más allá,
pulsación tranquila del mar a mediodía,
absoluto que parpadea,
páramo.
(Octavio Paz)
No es que muera de amor
No es que muera de amor, muero de ti.
Muero de ti, amor, de amor de ti,
de urgencia mía de mi piel de ti,
de mi alma, de ti y de mi boca
y del insoportable que yo soy sin ti.
Muero de ti y de mi, muero de ambos,
de nosotros, de ese,
desgarrado, partido,
me muero, te muero, lo morimos.
Morimos en mi cuarto en que estoy solo,
en mi cama en que faltas,
en la calle donde mi brazo va vacío,
en el cine y los parques, los tranvías,
los lugares donde mi hombro
acostumbra tu cabeza
y mi mano tu mano
y todo yo te sé como yo mismo.
Morimos en el sitio que le he prestado al aire
para que estés fuera de mí,
y en el lugar en que el aire se acaba
cuando te echo mi piel encima
y nos conocemos en nosotros,
separados del mundo, dichosa, penetrada,
y cierto , interminable.
Morimos, lo sabemos, lo ignoran, nos morimos
entre los dos, ahora, separados,
del uno al otro, diariamente,
cayéndonos en múltiples estatuas,
en gestos que no vemos,
en nuestras manos que nos necesitan.
Nos morimos, amor, muero en tu vientre
que no muerdo ni beso,
en tus muslos dulcísimos y vivos,
en tu carne sin fin, muero de máscaras,
de triángulos oscuros e incesantes.
Muero de mi cuerpo y de tu cuerpo,
de nuestra muerte, amor, muero, morimos.
En el pozo de amor a todas horas,
inconsolable, a gritos,
dentro de mí, quiero decir, te llamo,
te llaman los que nacen, los que vienen
de atrás, de ti, los que a ti llegan.
Nos morimos, amor, y nada hacemos
sino morirnos más, hora tras hora,
y escribirnos y hablarnos y morirnos.
(Jaime Sabines)
Espero sinceramente que estos extensos poemas para enamorar hayan servido como una fuente de inspiración profunda para que puedas transmitir tus emociones más genuinas. Siempre ten en mente que un poema de amor, especialmente uno largo y elaborado, es una de las vías más directas y poderosas para llegar al corazón de aquel a quien amas.
Cada palabra, cada verso, es un eco de tu sentir que se entrelaza con el latido de quien lo recibe, creando un puente emocional que perdurará en el tiempo.
Poemas personalizados de amor para enamorar
Querido amante de las palabras y buscador incansable de formas genuinas de expresar lo que late en tu corazón, el amor, esa fuerza incomparable que nos impulsa a mover montañas y traspasar barreras, es un sentimiento que no debería permanecer oculto en lo más profundo de nuestros seres. Es un grito silencioso que anhela ser escuchado, un torrente de emociones que merece fluir libremente. Y es a través de la poesía que podemos abrir un canal directo y resonante hacia los corazones de aquellos que amamos, porque las palabras poéticas son el eco del alma.
Ahí es donde entra en juego mi servicio de poemas de amor para enamorar personalizados. En un mundo donde cada latido de tu corazón lleva el nombre de esa persona que se ha entrelazado con tus sueños y ha tejido la belleza en tu realidad, te ofrezco una manera única y trascendental de honrar ese sentimiento. ¿De qué se trata? ¡Sencillo! Estoy aquí para ayudarte a crear un poema personalizado, una obra maestra de palabras cuidadosamente seleccionadas, que capturan la esencia de tu amor y la entregan, con la gracia y la pasión que solo la poesía puede ofrecer.
El proceso es sorprendentemente sencillo. Basta con que me escribas, y me compartas tus pensamientos, tus recuerdos, tus anhelos y tus emociones. Con esos ingredientes, trabajo como una alquimista verbal, para dar vida a un poema que refleje tu amor de una manera tan única, como la historia que estás viviendo con esa persona especial. Cada palabra esculpida, cada línea tejida, está diseñada para conmover y resonar profundamente en el corazón de la persona que amas. Es un regalo que va más allá de las palabras cotidianas, un regalo que perdurará en el tiempo como un recuerdo inolvidable.
Así que, querido soñador de sueños y portador de emociones intensas, te invito a dar voz a tu amor a través de la poesía. Mi servicio de poemas de amor personalizados está aquí para ayudarte a crear un lazo indeleble entre tú y esa persona especial. Juntos, convertiremos tus sentimientos en un himno poético, en un mensaje que trasciende el tiempo y llegará a lo más profundo de sus pensamientos y su corazón.
«Juntos, convertiremos tus sentimientos en un himno poético, en un mensaje que trasciende el tiempo y llegará a lo más profundo de sus pensamientos y su corazón.«
– Francina Martínez
Ventajas de enviar poemas de amor para enamorar personalizados
En el inmenso lienzo de emociones que es el amor, cada trazo de afecto se convierte en un pincelazo de magia. Ahora imagina tener en tus manos la herramienta que transforma esos trazos en un cuadro poético único, donde cada palabra resuena con el latir de dos corazones en sincronía. ¡Bienvenido al maravilloso mundo de los poemas de amor personalizados para enamorar!
¿Por qué regalar un poema de amor personalizado? Imagina la mirada de sorpresa y admiración en los ojos de esa persona especial cuando descubra que has dedicado tiempo y esfuerzo a crear una joya literaria solo para ella. Un poema personalizado es mucho más que palabras; es un reflejo íntimo de tus sentimientos, un vínculo que crece a través de versos cuidadosamente escogidos. Cada línea es una promesa susurrada, cada estrofa es una aventura compartida.
Con mi ayuda, puedes cautivar a tu amado o amada de una manera que jamás olvidarán. Nos sumergiremos en los océanos de tus emociones, exploraremos los rincones de tus recuerdos y tejemos una obra maestra poética que captura la esencia misma de tu amor. Ya sea que busques un regalo para un aniversario, un cumpleaños o simplemente para expresar lo que sientes, un poema personalizado es un regalo que dejará una impresión imborrable.
Entonces, ¿estás listo para regalar un pedacito de tu alma, envuelto en palabras que cantan y susurran amor? No esperes más para crear un recuerdo duradero y conmovedor. ¡Escríbeme!, cuéntame tus pensamientos, tus sueños y tus emociones. Permíteme ser la artesana de tus sentimientos, tejiendo cada palabra con esmero para crear un poema que trascienda el tiempo y el espacio. ¡Juntos, daremos vida a tu amor a través de la poesía!
Escríbeme hoy y comencemos a crear un poema que tocará el corazón de quien amas.Recuerda que ni siquiera hay que esperar una ocasión especial, el amor se hizo para ser expresado en cualquier momento, ten presente que no hay mejor forma de amar, que expresando todo aquello que sentimos ¡No dejes tus sentimientos para después!
Francina Martínez
Recuerdo que mis comienzos en esto de la poesía fueron desde bien pequeña. A menudo mi padre me pregunta por las rimas de alguna palabra y se sorprendía cuando le daba varias respuestas de forma rápida.
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